Juan Ciorba: «Diseñador del mar»
Desplegó las velas de su oficio a los 5 años, según comenta el primer titulado de Diseñador Industrial de nuestra Escuela, el año 1974, Juan Ciorba, quien se siente pescador artesanal de alma y reside en la costa de Concón. La razón fue porque su padre le dijo que no recibiría juguetes en Navidad ni para su cumpleaños, si no que le regalarían materiales y herramientas, por lo que tendría que hacerlos él mismo. Su vinculación con el océano se remonta mucho antes de que naciera; cree que fue concebido en alta mar, cuando sus padres migraban hacia el continente americano escapando de la guerra en Europa. En su adolescencia construyó su primera embarcación, y de adulto, fue docente de diseño en distintas instituciones de la región, vinculado siempre al mar y las travesías.
¿En qué se encuentra tu desarrollo laboral actualmente?
Hice muchas cosas, pero mi oficio, el que yo tengo en mi corazón, es ser pescador artesanal. Trabajo con los pescadores acá en la caleta. Y navegante, también. Estudié Diseño Industrial como una forma de acercarme a la construcción de pequeñas embarcaciones; luego di clases sobre esta misma materia, enfocándome en la relación que existe con el mar, promoviendo también los viajes hacia distintas zonas costeras, así como las travesías.
¿Cómo impacta tu labor en la comunidad?
Cuando viajábamos con los muchachos, ellos se integraban a la vida, trabajo, penas y alegrías de las familias que nos recibían, por ejemplo, en el sur. Porque nosotros no íbamos con la panacea de resolver algo, si no que íbamos a aprender de su forma de hacer las cosas. Y después de conocer esas experiencias, como podíamos nosotros ayudar a mejorar su calidad de vida. Muchos de mis alumnos, por ejemplo, salían a la pesca cuando nos encontrábamos allá, la idea era vivir el asunto.
¿Cuál es tu mirada respecto de cómo se inserta el diseño en Chile?
El diseño no es una actividad, es una forma de vida que yo aprendí desde los 5 años, cuando mi padre me regaló mi primer torno de madera y herramientas para que construyera lo que quisiera. Siento que todo se une, no se puede separar la actividad que veo yo, por ejemplo, en navegar, de toda mi experiencia en el diseño de barcos, que nace de las travesías oceánicas que he hecho; los barcos son como la prolongación de mi cuerpo, y creo que de esa forma el diseño debiese insertarse en el país: que las y los diseñadores sientan su oficio como algo propio, y que desde ahí salga a la comunidad.
Según tu experiencia, ¿Cuál es la esencia de nuestra Escuela?
Tuve la suerte de estar con los fundadores de la Escuela: Alberto Cruz, Godofredo Iommi, Fabio Cruz, Miguel Eyquem, entre otros; todos fueron grandes maestros. Pero especialmente en el lado humano, en lo que es la familia, la unión, el trabajo en conjunto. Eso creo que es una de las grandes formas de hacer que tiene la e[ad], la construcción en comunidad.
¿Qué elementos distintivos de la e[ad] crees que se impregnaron en tu forma de hacer las cosas?
Yo me pongo a escribir, y no es como que yo estuviera haciéndolo, si no que alguien lo hiciera a través mío. Y salen las cosas; la poesía es algo que se ha traspasado a la forma de hacer mi oficio, es algo que tiene relación con una veta sensible que todos tenemos. Debajo de la cáscara hay un espíritu, y eso se manifiesta en la poesía.
¿Qué es lo que más recuerdas de tu paso por la escuela, más allá de las clases?
En la Escuela éramos tres los Ratones de Valparaíso, porque todos vivían en Viña del Mar. Yo tenía un camión fletero, tres cuartos, picante, sin parabrisas. Yo pasaba a buscar a un amigo en Playa Ancha, a la que ahora es mi señora, Martita, que vivía en el Cerro Larraín, y nos íbamos con todas las maquetas hasta Recreo, subiendo y bajando cerros, en una odisea. Menos mal no había revisión técnica en esos años.
¿Qué consejo le darías a las generaciones que están egresando este año?
El espíritu es importante. No se trata de formar excelentes profesionales si no tienen espíritu, ahí reside todo. Y también que vayan asumiendo el oficio, que asuman su oficio en la absoluta libertad, porque uno lo va sintiendo con el paso del tiempo.
Si tuvieras que asociar una frase a la Escuela, ¿Cuál sería?
Vientre materno.