El miércoles 14 de Agosto fue presentado en el Centro Cultural la Moneda el libro Medidas Destacadas en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, texto que recoge el Primer Concurso organizado por el Servicio de Evaluación Ambiental de Chile.

Dentro de los 22 proyectos reconocidos por el SEA y un Comité Ciudadano Independiente, se encuentra el Centro Cívico de Loncura, diseñado por la Arquitecto y Magister e[ad], Victoria Jolly Mujica, ex-alumna y profesora de Taller en Arquitectura de la Escuela entre los años 2007 y 2008.

El Proyecto del Centro Cívico, surge como una medida de compensación de la empresa GNL Quintero hacia la Comuna de Loncura, estipulada en la Resolución de Calificación Ambiental [RCA] debido a la presencia de las instalaciones de la nueva planta de gas licuado en la zona. A partir de ello, se ha generado un equipo de trabajo entre la empresa GNL Quintero, Victoria Jolly M. y la I. Municipalidad de Quintero; en el proyecto se trabajó con Moldajes Flexibles, tecnología del hormigón que se desarrolla en programas de investigación en la Ciudad Abierta, la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV y el Centre for Architectural Structures and Technology CAST, de la Universidad de Manitoba, Canadá. ^[1]Puede leerse Encofrados Flexiles: Otra Forma para el Hormigón, David Jolly, Miguel Eyquem y Victoria Jolly. Ediciones ARQ (Santiago) 2011, n.78, pp. 58-67. ISSN 0717-6996.

El Parque Recreativo Centro Cívico de Loncura tiene como objetivo ser el espacio de encuentro, de esparcimiento y recreación de los habitantes de Loncura y del afluente turístico. Manteniendo la condición de plaza: donde el habitante se encuentra expuesto a un horizonte sin recodos, es posible ver y ser vistos. Se trata de constituir un espacio recorrible tanto en su perímetro como en su transversal.

El cambio de alturas en los suelos dejan al habitante ante el total, en el horizonte del pie para recorrer y permitir el tránsito, hundido para lograr cierta intimidad (Anfiteatro) y rodeado de una altura mínima para dejar demarcado un perímetro (zona de juegos).

Se propone una infraestructura sólida otorgada por piezas monolíticas de hormigón, construidas bajo la tecnología de los Moldajes flexibles.

Las estructuras urbanas de hormigón están estandarizadas por motivos económicos. Se imponen los volúmenes ortogonales, por ende la idea de que la forma del hormigón es limitada. Sin embargo si nos detenemos nos damos cuenta que es un fluido en su primer estado. Así como el agua el hormigón toma la forma de aquello que lo contiene. La Tecnología de los Moldajes Flexibles que reemplaza en encofrado rígido por una malla textil, reconoce esta condición de fluido del hormigón entregando formas que tiendan a las curvas y a las catenarias.

Hemos trabajado en conjunto con el arquitecto canadiense Mark West y un grupo de investigación de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; tratamos el hormigón como un material plástico, gobernable a voluntad. Se trata de la libertad de moldear las formas deseadas, tocando una zona sensible de la arquitectura: la creatividad.

Este proyecto viene a revindicar la libertad de formas del hormigón compitiendo con los hormigones prefabricados no sólo en su forma sino también en su construcción y competencia. Tenemos diseñadas piezas únicas, un hormigón agradable al tacto, con textura y sin revestimientos. Es un espacio nuevo de la ciudad en torno a la recreación el deporte y la cultura construidos con innovación y tecnología.