octubre 18, 2012

Las cáscaras nos hacen ver lo que no se mira: la labor, y nos vuelve a la abstracción de la pintura

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Los restos después del postre.

Lo que no se deja ver ni mostrar, los restos en la mesa después del almuerzo.

¿Qué es lo que ocurre?  La taza de café al término del almuerzo, se deja ver, y en este contraste lo que tenemos delante es un ofrecimiento el café listo para degustarlo, y los deshechos que como no son un ofrecimiento son mas bien un deber u obligación, hay que retirar la mesa. Es el peso de la labor que nos queda delante. Ahora la labor como tal parece que no tiene figura, no puede ser recogida directamente. Alguna vez reparamos que el brillo la representa.

Las cáscaras de la manzana en la abstracción del dibujo no se dejan tan fácilmente reconocer.

La pintura moderna con su abstracción ha explorado el espacio plástico de lo sin reconocimiento, mostrando la belleza de los trazados no reconocibles, no asociados a las figuras con nombre como la taza.

Las cáscaras que en el dibujo pasan a ser un trazado, son reconocibles porque están inscritas en la figura del plato.

La pintura nos abre a la abstracción en la belleza de lo no reconocible como en una tela de Jackson Pollock.