Exposición Final del Primer Año de Diseño
Un laberinto se conformó a partir del montaje colectivo de los trabajos de los estudiantes del Taller de Primer Año de Diseño que, en la oportunidad, se centró en el carácter de lo público del diseño. Juan Carlos Jeldes, Diseñador Industrial y académico, explicó que “este acto de cierre del Taller consistió en una exposición en verdadera magnitud (escala real)”.
El profesor señaló que los trabajos consistían en crear un lugar para albergar al lector, reuniendo gestualidad, espacio, gráfica y color.
Herbert Spencer, Diseñador Gráfico y académico detalla el desarrollo del Taller:
El proyecto es la exposición. Exposición compuesta por módulos que construyen un recorrido entre todos y que reciben al cuerpo individualmente. El recibir al cuerpo constituye una detención que propone 4 niveles de lectura:
- Una edición, que recoje el fundamento del estudio
- Un breve texto de una ciudad invisible
- Tres nombres, para cada uno de los 3 horizontes que cada cual propone
- El poema Ariadna, hecho en taller de amereida. Cada cual tiene un trozo de la secuencia mayor
El estudio que origina este proyecto viene de la observación de la coordenada pública del diseño, del espacio público de la ciudad y en el acto gratuito del detenerse y permanecer. Se repara en las formas de constituir lugar y la nueva forma que el espacio cobra cuando recibe al cuerpo individual y colectivo.
Decimos, además, que el taller de primer año que estudia lo público, debe acceder a la observación como el logos del proceso creativo. Ella es primeramente herramienta para penetrar la realidad del mundo sensible y por medio de ella, se dibuja.
Tal dibujo ya no es el mundo sino una representación abstracta, una invención de mirada (elige qué y cómo ver) y, en cuanto invención, el espacio del dibujo es lo que se llama “diseño”, en su acepción de dibujo. Pero tiene también otra acepción, la de designio, ya que desde ahí se define el propósito creativo porque señala un signo. Y es dentro de este mismo espacio abstracto donde el diseñador propone la forma, usando la herramienta del dibujo como articulación del proceso creativo.
Y tal proposición proyectada se materializa en el mundo mendiante el proceso de la construcción. Darle orden a la materiales es el sentido de transformación del diseño, ya que vuelve al mundo renovándolo. Es “la diversión del hábito”.
En el taller, como nos proponemos presentar la observación como una herramienta que debe ser apropiada y apropiable para los alumnos, se hace preciso dibujar y de muchas maneras; recurriendo a invenciones, dispositivos, o lenguajes más o menos esquemáticos o abstractos; en cierta forma intentando constituir un continuo entre la descripción y la proposición, un continuo de transformación poiética. Hacer que “el salto de la pulga” de la ocurrencia creativa no sea un desaparecer y aparecer en otro lado, sino una sucesión razonada, reflexiva y crítica en el espacio del dibujo. Espacio de suyo abierto al otro, a la ronda (a la inter-subjetividad del taller), con rigor del estudio universitario.
Ésto es lo que queremos recoger con la exposición, que quiere celebrar la reinvención de los 3 horizontes articulados, en módulos para recibir la detención: la lectura y el cuerpo.
Los dejamos invitados a recorrerla y a leer las ciudades invisibles en este laberinto de Ariadna, que tiene un hilo continuo en momentos discretos.