enero 23, 2012

Apuntes para el Taller de Amereida

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Apuntes para las clases del Tercer Trimestre del Taller de Amereida de Jaime Reyes G.

Arte y Ciencia

La nueva metáfora

martes 20 de diciembre de 2011

Si yo les preguntara, a cualquiera de ustedes, ¿cuál de estos dos dibujos que están en la pizarra representa el espacio interior del átomo?
Taller de Diciembre - 005 Taller de Diciembre - 004

El neurocientífico Jonah Lehrer recoge una solución a esta aparentemente sencilla pregunta (Lehrer 2010):

En 1920 Neils Bohr [1]Bohr, Niels Hendrik David (1885–1962), Danish physicist and pioneer in quantum physics. His theory of the structure of the atom incorporated quantum theory for the first time and is the basis for … Continue reading estaba luchando para volver a imaginar la estructura de la materia.  Las generaciones anteriores de físicos pensaban que el espacio interior de un átomo se parecía a un sistema solar en miniatura con el núcleo atómico como el sol y los electrones como los planetas en órbita. Este era entonces el modelo clásico.

Sin embargo, Bohr había pasado tiempo a analizar la radiación emitida por los electrones, y se dio cuenta de que la ciencia necesita una nueva metáfora. El comportamiento de los electrones parecían desafiar cualquier explicación convencional. Como Bohr dijo: “Cuando se trata de átomos, el lenguaje sólo se puede utilizar como en la poesía” (Lindley 2008). Palabras comunes no pueden capturar los datos.

No es esto algo que estemos diciendo aquí nosotros los poetas, sino un postulado dicho por el creador de una teoría de la estructura del átomo incorporada por primera vez a la teoría cuántica y que es la base actual para todos los modelos de mecánica cuántica.

Pero ¿Qué quiso decir Borh? “Cuando se trata de átomos, el lenguaje sólo se puede utilizar como en la poesía”. ¿Cómo se utiliza el lenguaje en la poesía y qué tiene que ver eso con una Escuela de Arquitectura y Diseño?

Vamos a ir de a poco, especialmente en el pensamiento del científico danés (Lehrer 2010):

Para Bohr, la atracción del cubismo fue que rompió y destrozó la certeza del objeto. El arte revela las fisuras en todo, convirtiendo la solidez de la materia en una nebulosa surrealista. Bohr entonces llegó a la convicción de que el invisible mundo del electrón era esencialmente un mundo cubista. En 1923, De Broglie ya había determinado que los electrones pueden existir como partículas u ondas. Lo que Bohr mantuvo de esta precisión es que la forma que ellos tomen depende de cómo se los observa. Su naturaleza era una consecuencia de nuestra observación. Esto significaba que los electrones no eran como pequeños planetas en absoluto. En cambio, eran como una de las guitarras deconstruidas de Picasso; una serie de borrosas pinceladas que sólo adquieren sentido cuando se las observa fija y detenidamente. El arte que parecía entonces tan extraño estaba realmente diciendo la verdad.

Para mucha gente es difícil de creer que una obra de arte abstracto en realidad pueda afectar a la historia de la ciencia. El Cubismo parece no tener nada en común con la física moderna. Cuando pensamos en el proceso científico, un vocabulario específico viene a la mente: la objetividad, los experimentos, los hechos. En la voz pasiva de los documentos científicos, nos imaginamos un perfecto reflejo del mundo real. Pinturas pueden ser profundas, pero siempre sólo en apariencia.

Este punto de vista de la ciencia como el único mediador de todo, depende una suposición tácita: Mientras que el arte es un ciclo [2]a series of events that are regularly repeated in the same order que rueda con la moda, el conocimiento científico es un ascenso lineal. La historia de la ciencia se supone que obedece a una ecuación simple: Tiempo más datos es igual a la comprensión. Un día, en nuestra opinión, la ciencia va a resolver todo.

Pero la trayectoria de la ciencia ha demostrado ser un poco más complicada. Cuanto más sabemos acerca de la realidad —acerca de la mecánica cuántica y los orígenes del sistema neuronal— más palpables se vuelven las paradojas.

No voy a tratar ahora esa paradojas, pero ejemplos hay muchos. Baste decir que a través de las eras las sociedades —y muchos científicos arrogantes— (Lehrer 2010):

han creído muchas veces que tenían la solución del universo. Permanecían oscuros ciertos detalles, pero la estructura general del cosmos estaba aparentemente resuelta. Entonces surge, por ejemplo, desde esta ingenuidad, la teoría de la relatividad, alterando los fundamentos mismos de las clásicas nociones de la relación entre tiempo y espacio. Entonces vino Heisenberg [3]a quien por cierto no le gustaba que se hablara de incertidumbre, sino de indeterminación, porque el primer concepto pareciera implicar imprecisiones o inseguridad, en cambio la indeterminación se … Continue reading y su principio de incertidumbre y la revelación surreal de la física cuántica.

Desde entonces la física moderna sabe mucho más acerca del universo, pero hay todavía más que no entiende. Por primera vez algunos científicos se han abierto a pensar si, al cabo, somos realmente capaces de figurarnos el cosmos.

Lenguajes paralelos

martes 27 de diciembre de 2011

El profesor profesor de física y astronomía en la University of Southern California, Clifford Johnson, encabeza su perfil oficial en la web de la universidad con una cita de Tolkien:

El Camino siempre sigue y sigue

desde la puerta donde ha comenzado.

Ahora el camino se ha ido hace mucho

y si puedo debo seguirlo.

Y lo sigo con pies ansiosos,

hasta que se encuentra con otra vía más larga

donde muchos caminos y errancias se hallan.

Y sabéis a dónde entonces? No puedo decir.

J.R.R. Tolkien

Quisiera llamar la atención, en este caso, no tanto sobre lo que dice Tolkien, por ejemplo respecto del camino, sino en el hecho de que este físico utilice versos para encabezar su perfil de profesor universitario, especialmente si su campo de investigación y docencia es la física y la astronomía. Este mismo profesor va a analizar un bosquejo de Leonardo en los siguientes términos:

Un Taller de Amereida en el Globo - 03

“Para mí, este estudio a lápiz ilustra sorprendentemente un paralelismo fundamental entre la ciencia y las artes: Ambas se esfuerzan por lograr la representación y expresión, para capturar algo de la verdad esencial acerca de un tema elegido, con sencillez/simpleza y economía. Mis ecuaciones y diagramas, con respecto al mundo que estoy tratando de describir, no son más que los trazos del lápiz del artista respecto de la mujer que dibujó. Sin embargo, muestra lo que es posible, a pesar de esa limitación. La mujer que emerge de los trazos del simple lápiz es tan viva que mira dentro de tu alma. En un intento por capturar el universo, no hay que confundir mis ecuaciones con la cosa real, pero de ellas  brotarán algunas verdades esenciales acerca de la naturaleza, trascendiendo a las matemáticas y haciéndose vivas”.

La diferencia que establece el profesor Clifford entre sus ecuaciones y el dibujo de Leonardo, es de lenguaje. Pero supongamos por un instante que este paralelismo es concreto y efectivo y que podríamos observarlo no sólo en la relación de analogías entre este bosquejo de Leonardo y las ecuaciones matemáticas de la teoría de cuerdas que estudia el profesor Clifford. Estas analogías sugieren que la ciencia y el arte pueden acceder a la construcción de la realidad en forma paralela y al unísono, pero utilizando lenguajes distintos. La cita de Tolkien es un constructo literario, pero es también una metáfora de las vicisitudes de la ciencia en sus infructuosos rumbos hacia el conocimiento.

Lenguajes excluyentes

Weisskopf (Weisskopf 1991) plantea no la analogía sino la carencia, es decir, que las artes surgen allí donde la ciencia no alcanza o no llega:

Nuestra tesis es, consecuentemente, que existen dominios importantes de la experiencia humana que no pueden ser aprehendidos por la ciencia. No puede haber, por ejemplo, definición científica completa del bien o del mal, de la piedad, del odio, del amor o de la fe, del sentimiento de la dignidad, de la humillación, de la felicidad… Es posible, ciertamente, y deseable, llevar a cabo un análisis de los procesos nerviosos y psicológicos que se desarrollan al experimentar tales sentimientos o cuando se tienen tales ideas. Los recientes progresos de la neurofisiología y de la bioquímica nos traen la promesa de una comprensión científica mucho más profunda de este aspecto de la vida humana. Podemos incluso adquirir medios para modificar o suscitar tales procesos. Pero quedan aspectos importantes que la aproximación científica no puede abordar. Y son precisamente, con la mayor frecuencia, aquellos aspectos que nos afectan más hondamente. Esos otros aspectos son abordados por el arte, la poesía, la literatura, la música, la ética, la filosofía, la religión, la mitología, todos los dominios que implican formas de creatividad humanas distintas de la creatividad que se expresa a través de la ciencia.

Otra consecuencia deplorable de la superespecialización: la estructura y el lenguaje de una publicación científica son, a partir de ahora, considerados como algo sin importancia. Parece creerse que sólo el contenido es interesante. Lo que se denomina artículos generales no pueden, en realidad, ser comprendidos más que por expertos. La redacción de libros o artículos para los no científicos se tiene como una ocupación secundaria y, fuera de algunas notables excepciones, encomendada a redactores sin formación científica seria. Hay en todo ello un auténtico defecto conceptual. Porque si se está profundamente penetrado por las propias ideas y por su importancia, es un deber tratar de transmitirlas a los demás, y con enunciados que sean tan claros como sea posible.

En música, el artista que interpreta es enormemente apreciado. Una interpretación maravillosa de una sonata de Beethoven es considerada como una proeza mayor que la composición de una pieza de segundo orden.

 

Lenguaje científico y lenguaje ambiguo

martes 3 de enero de 2012

Heisenberg consideraba fundamental el hecho de que no pudiera la ciencia ni la sociedad encontrar un lenguaje adecuado para tratar con una realidad, enteramente nueva, despertada por la teoría de la relatividad y la teoría cuántica. Confiaba, por supuesto, en el lenguaje de la matemática para describir los fenómenos físicos (Heisenberg 1959) pág. 141:

El progreso de la técnica experimental de nuestro tiempo aporta al ámbito de la ciencia nuevos aspectos de la naturaleza que no pueden ser descriptos con los términos de los conceptos comunes. ¿Pero en qué lenguaje tienen, entonces, que ser descriptos? El primer lenguaje que emerge del proceso de clarificación científica es por lo general, en la física teorética, un lenguaje matemático, el esquema matemático, que permite predecir los resultados de los experimentos.

Pero a su vez se preguntaba “¿en qué medida es posible una descripción semejante? ¿Es posible hablar del átomo mismo?” El físico reconocía perfectamente que el significado de las palabras es ambiguo e incierto; que no se pueden definir sin la ayuda de otros conceptos que a su vez son también ambiguos y además limitados los modos de expresión. Por eso el mundo recurrió a la filosofía para obtener una base sólida para el pensamiento científico. Aristóteles aplicó lo que hoy conocemos como lógica y fundó así la ciencia occidental. Sin embargo, en la lógica, como lo reconoce después Heisenberg (Heisenberg 1959) pág. 143: “la atracción se orienta hacia las estructuras muy particularizadas, las relaciones sin ninguna ambigüedad entre premisas y deducciones, los moldes sencillos del razonamiento; y todas las demás estructuras del lenguaje son descuidadas”. La poesía y los poetas saben desde siempre que los moldes lógicos no alcanzan ni de cerca a representar la realidad profunda del lenguaje. Porque aquello que ha sido “descuidado” por la lógica es la fuente donde se nutre la naturaleza intrínseca y la cualidad indispensable de todo lenguaje. Esto es la posibilidad inherente de toda palabra de decir aquello que significa y decir algo además. Cualquier vocablo corriente tiene la capacidad de emitir o contener un significado, pero no es poseído por este ni agota allí su decir. Una palabra está sujeta a una interpretación; depende de una posición en la oración y de las palabras que allí la acompañan; depende de un ‘tono’ y de un ‘ritmo’ para entregar aquello que presentan; aquella parte de la realidad que están creando. Dicho de otra forma, las palabras pueden ser ambiguas. La matemática no puede hacer esto. “En la ciencia natural los conceptos de las leyes generales deben ser definidos con absoluta precisión, y esto sólo puede lograrse mediante la abstracción matemática”, decía Heisenberg.

En las demás ciencias la situación no es muy distinta, aunque la precisión requerida no es de carácter absoluto.

Hay momentos en la historia de la ciencia en que el sistema del universo parece responder de maravillas a unas cuantas leyes perfectamente integradas y que componen una sólida base conceptual, que siempre se comprueba y verifica en los experimentos y en las observaciones. Además el sistema es coherente con las necesidades y las creencias de las personas y de las sociedades. El problema surge cuando ese marco general comienza a agrietarse y sus respuestas ya no son suficientes para dar cuenta de los fenómenos naturales. Entonces se quiebra la realidad y lo que era una verdad innegable ahora tambalea sobre aquellos supuestamente indestructibles cimientos. Y es la misma ciencia la que provoca las grietas y, ante su propia sorpresa, al aplicar la matemática, se da cuenta de que lo anterior no era tan cierto. Sin embargo ahora no puede ‘hablar’ de ello a los demás, aún cuando entiende que esto sea verdaderamente necesario [4]El físico puede sentirse satisfecho cuando tiene el esquema matemático y sabe cómo usarlo para la interpretación de los experimentos. Pero también tiene que comunicar sus resultados a los que no … Continue reading. Sucedió a comienzos del siglo XX (Heisenberg 1959) pág. 147:

“el verdadero problema era el hecho de que no existía un lenguaje con el cual se pudiera hablar consistentemente sobre la nueva situación. El lenguaje habitual se fundaba en los antiguos conceptos del espacio y el tiempo y este lenguaje solamente ofrecía un medio preciso de comunicación sobre los planteos y los resultados de las mediciones. Sin embargo, los experimentos mostraron que los antiguos conceptos no eran aplicables en todas partes”.

Muchas veces los científicos, ante las evidencias matemáticas y experimentales, discuten más sobre el lenguaje que se utiliza para describir esos fenómenos que sobre la veracidad o apariencia de tales fenómenos [5]Por consiguiente, las cuestiones que se discutían sobre lo «real» o lo «aparente» de la contracción de Lorentz, o sobre la definición de la palabra «simultáneo», etcétera, no se referían … Continue reading. La teoría cuántica inauguró una serie de severas dificultades para la descripción de la realidad. La civilización occidental, que se hallaba ingenuamente satisfecha de haber encontrado unas claves mecánicas que le abrirían todos los accesos al conocimiento, no bien fuesen desarrolladas tecnológicamente los medios para su ejecución, ha debido padecer, hasta nuestros días, que (Heisenberg 1959) pág. 150 “lo único que sabemos desde el comienzo, es el hecho de que nuestros conceptos comunes no pueden ser aplicados a la estructura de los átomos”. Se puede decir que un buen lenguaje es aquel que describe satisfactoriamente los hechos; pero todo colapsa cuando no podemos definir, indisputablemente, qué es un ‘hecho’.

Niels Bohr introdujo el concepto de complementariedad [6]Bohr formuló en la interpretación de Copenhague lo que se conoce como el principio de complementariedad (dice que no hay una separación rígida entre objetos e instrumentos de medición) que … Continue reading en la interpretación de la teoría cuántica no para añadirle una cualidad o circunstancia faltante en orden a perfeccionarla, sino para acceder a un lenguaje que le permitiese hablar sobre algo que es dos cosas al mismo tiempo y en el mismo lugar. Exactamente aquello que sus observaciones y cálculos le arrojaban como perfecta coherencia matemática. Entonces necesitó

“emplear un lenguaje ambiguo más bien que un lenguaje preciso; a emplear los conceptos clásicos de una manera algo vaga, de conformidad con el principio de incertidumbre; a usar alternativamente conceptos clásicos que, empleados simultáneamente, conducirían a contradicciones. De este modo se habla de órbitas electrónicas, de ondas de materia y densidad de carga, de energía y cantidad de movimiento, etc., teniendo siempre conciencia de que estos conceptos solo poseen un radio de aplicabilidad muy limitado. Cuando este vago y desordenado empleo del lenguaje produce dificultades, el físico tiene que conformarse con el esquema matemático y su evidente correlación con los hechos experimentales”.

Desde entonces la complementariedad también se utiliza en otras disciplinas (María 2007):

La teoría generativa y la teoría sistémico-funcional pueden concebirse como teorías científicas: Han confirmado hipótesis, proveen explicaciones y, a partir de estas últimas, efectúan predicciones. Sin embargo, ambas teorías manejan supuestos incompatibles sobre el mismo objeto: el lenguaje. Después de analizar el problema de las confirmaciones y las explicaciones en lingüística, se intentará demostrar que esa incompatibilidad puede resolverse mediante un “principio de complementariedad”: El lenguaje es, al mismo tiempo, una “facultad de la mente” y un “producto de la cultura”, aunque los dos aspectos (el “mental” y el “cultural”) no puedan captarse en el ámbito de una sola teoría.

Por eso Bohr creía que para hablar de átomos el lenguaje sólo se puede utilizar como en poesía; un lenguaje que admitiese un juego amplio de posibilidades. La complementariedad ya era conocida desde mucho antes en poesía [7]Movimiento que en Poe se alimenta, a la manera de Heráclito, en la afirmación de los opuestos complementarios: la magia y la ciencia; el cuerpo y el espíritu; la razón y la locura; el bien y el … Continue reading; por ejemplo el juego de los complementarios rescatado por Poe cuando cita “the desire of the moth for the star” (Poe 1850). Pero en física, en el mundo real, ¿Cómo es posible que una partícula se comporte en un momento como una onda y en otro momento como un quantum?, ¿Cómo es posible que dos cosas distintas puedan suceder al mismo tiempo y en el mismo lugar? ¿Qué es la luz, ese agente natural que hace las cosas visibles, de velocidad absoluta? ¿una una onda electromagnética o un torrente de partículas sin carga?

Heisenberg ejemplifica y defiende este uso del lenguaje con el problema de la temperatura del átomo [8]El concepto «temperatura» parece describir en la termodinámica una imagen objetiva de la realidad, una propiedad objetiva de la materia. En la vida diaria esto es muy fácil de definir con el … Continue reading.

Arte y Oficio

El lenguaje de los oficios

No se trata pues ni de la analogía ni de la carencia.

La primera, la analogía o el paralelismo, pareciera proponer la existencia y el curso de dos lenguajes que, al unísono pero por carriles separados, consiguen dar cuenta de la realidad. Dos lenguajes destinados a llegar al gran lago final de la verdad, pero elaborando paradigmas y metodologías diferentes, que avanzan uno al lado del otro; avistándose y conociéndose, pero sin tocarse jamás.

Luego, la carencia o imposibilidad del lenguaje de la ciencia para “aprehender dominios importantes de la experiencia humana” implica admitir que ciencia y arte van a trabajar siempre separadamente en sus respectivos intentos por responder a nuestras más profundas preguntas y que sus lenguajes no sólo no se juntan sino que necesariamente debe desaparecer uno para que surja el otro. Uno trata con ciertos fenómenos que están vedados para el otro y viceversa, elaborando una realidad compuesta. Incluso es admisible que se necesiten uno al otro, pero por sus naturalezas casi antagónicas, no van a reunirse jamás.

En este taller estamos proponiendo defender otra idea; que todos los oficios pueden ser un arte (e[ad] 1972 ) en cuanto sus oficiantes sean “buscadores de lo desconocido” [9]Buscadores de lo desconocido es una expresión de G. Iommi en la wiki Casiopea:

Ahora bien, ese coraje o virtud, además de extender un campo donde se suscitan los oficios, pide desde lo más propio de sí mismo, ser manifestado con trazo, con virtud o coraje creador. Pide resplandecer como tal.

Cuando así resplandece decimos que es un Arte. En consecuencia, creemos que todos los oficios son un Arte cuando hacen resplandecer ese coraje conjuntamente con aquello que les es peculiar (ciencias, técnicas, filosofías, etc.)

Por eso afirmamos que la Arquitectura es un Arte.

En este sentido se trata de que la ciencia y el arte puedan trabajar en los mismos cursos atendiendo a las mismas investigaciones, porque al cabo son urgidas por el mismo desconocido. El postulado o premisa inicial de este curso “Cuando se trata de átomos, el lenguaje sólo se puede utilizar como en la poesía” pide que nos adentremos en cómo se utiliza el lenguaje en poesía.

El lenguaje de las artes

Ya hace 500 años el mismísimo Galileo tenía claridad a este respecto (Galilei 1632):

SAGREDO: Pues bien, caro señor Simplicio, puesto que no os desagradan las mescolanzas de materia, y queréis alcanzar la quintaesencia mediante la comparación y combinación de pedacitos, yo voy a adoptar el procedimiento que vuestros agudos colegas aplican al texto de Aristóteles, y operando así con los versos de Virgilio o de Ovidio, juntaré viruta con viruta y explicaré todos los fenómenos y misterios de la Naturaleza. ¿Pero para qué necesito a Virgilio o a otro poeta cualquiera? Me basta con un librito mucho más breve que el Aristóteles y el Ovidio, un librito que verdaderamente contiene todas las ciencias, y al que es facilísimo aprender de memoria; me refiero al alfabeto. Nadie dudará de que, mediante una apropiada ordenación y combinación de ésta o aquella vocal con ésa o esa otra consonante, se puede componer la más fidedigna solución a toda duda, y se pueden obtener las doctrinas de toda ciencia y las reglas de todo arte; tal como el pintor no hace más que mezclar distintos colores que se encuentran separados en su paleta, tomando un poco de éste y otro poco de aquél, y consiguiendo formar hombres, plantas, edificios, pájaros y peces, sin necesidad de disponer en su paleta de ojos, plumas, escamas, hojas ni piedras. Más aún, no conviene que se encuentre entre los colores ninguna de las cosas que el pintor imita, ni parte alguna de ellas, si realmente el pintor ha de imitarlo todo. Si, por ejemplo, hubiera plumas de paleta, no servirán más que para representar pájaros o penachos.

El lenguaje de la poesía

Ciertas ciencias como la lingüística han hecho considerables esfuerzos y progresos en las definiciones del lenguaje; lo han convertido en ‘objeto’ de sus estudios, aplicándole en forma más o menos rigurosa las metodologías científicas convencionales; acaso las mismas que Heisenberg descarta sean efectivas al momento de describir justamente un ‘objeto’. Por eso Octavio Paz nos advierte (Paz 1986) pág 9:

Cierto, los especialistas pueden aislar el idioma y convertirlo en objeto. Mas se trata de un ser artificial arrancado a su mundo original ya que, a diferencia de lo que ocurre con los otros objetos de la ciencia, las palabras no viven fuera de nosotros. Nosotros somos su mundo y ellas el nuestro. Para apresar el lenguaje no tenemos más remedio que emplearlo. Las redes de pescar palabras están hechas de palabras. No pretendo negar con esto el valor de los estudios lingüísticos. Pero los descubrimientos de la lingüística no deben hacernos olvidar sus limitaciones: el lenguaje, en su realidad última, se nos escapa.

Las ciencias del lenguaje conquistaron su autonomía apenas cesó la creencia en la identidad entre el objeto y su signo. La primera tarea del pensamiento consistió en fijar un significado preciso y único a los vocablos; y la gramática se convirtió en el primer peldaño de la lógica. Mas las palabras son rebeldes a la definición. Y todavía no cesa la batalla entre la ciencia y el lenguaje.

Amereida (autores 1967) pág. 45:

su tierra así transida

¿no expondrá en la carne

un ritmo

que mueva a lenguaje?

porque sin lenguaje

todas las rutas hacia nuestra intimidad

aunque se adueñen

deforman y engañan

¿un lenguaje?

¿acaso este

el que ya escucha las olas sordas del mar americano

golpear tras toda imitación

y arrepentimiento

el que urge continente

y nos abraza con su constelación

para que haya suelos?

Palabras y nombres

La palabra de la poesía es la que permite nombrar y sólo al nombrar las cosas cobran existencia. Es el primer mandato de un Dios al primer hombre que habitó la tierra, es la primera condición de la condición humana. Pero no es tan simple.

(Paz 1986) pág. 9

La primera actitud del hombre ante el lenguaje fue la confianza: el signo y el objeto representado eran lo mismo. La escultura era un doble del modelo; la fórmula ritual una reproducción de la realidad, capaz de reengendrarla. Hablar era recrear el objeto aludido. La exacta pronunciación de las palabras mágicas era una de las primeras condiciones de su eficacia. La necesidad de preservar el lenguaje sagrado explica el nacimiento de la gramática, en la India védica. Pero al cabo de los siglos los hombres advirtieron que entre las cosas y sus nombres se abría un abismo.

(autores 1967) pág. 77:

los viajes enseñan   ( entre otras cosas )   que las palabras son como

extrañas a las cosas que nombran           – de allí una relación de ena-

jenación bilateral    me atrevo a decir    entre cosas y palabras

de la que el viajero     y muy especialmente el turista       es la víc-

tima         la cual él mismo expresa en la confesión ingenua de su de-

cepción – él no puede dejar de estar decepcionado     ya que las co-

sas no se parecen a los nombres ni los hombres a las cosas – debe

refugiarse en el acto de fotografiar que        momificando el presente

por ese embalsamador instantáneo      el aparato      recortando y para-

lizando lo real     dándole mágicamente el estatuto de la imagen

lo da por pasado de un modo fulminante y lo hace así homogéneo a

la palabra – el lugar donde estoy puede       por fin     convertirse

en el título de la foto   (  playa de las bermudas       junio del 58  )

(autores 1967) pág. 81

claro     puedo hablar de continentes sin haber estado en ellos

de ciudades sin haber errado por ellas – esto es   sin embargo   por-

que nosotros hemos ido – la leyenda reposa en esta prueba   la comu-

nicación con los otros    el lenguaje    tiene como mediación    la ex-

periencia    las verdaderas ciudades imaginarias son aquellas que uno

ha visto    supuesto en carne mientras uno iba errante    es decir du-

rante la prueba de ese desierto entre la cosa y el nombre      porque

la cosa para los hombres aparece largo tiempo después de oído el nom-

bre     y casi todos los esfuerzos que hace para reconocer son vanos

 

(autores 1967) pág. 83

la indiferencia

hablando    digo lo que no puede transmitirse    trabajo a partir de la

singularidad absoluta    como lo mostró hegel    y es esto lo que se

pierde    de todos modos    me pierdo en el lenguaje    y es allí que

nosotros tratamos de encontrarnos  –  el medio de este encuentro es

así lugar de una extraña indiferencia  de una neutralidad desesperante

( lo universal )      mientras que esta pérdida me somete a suplicio

Palabra poética y mito

martes 10 de enero de 2012

El término griego mythos (μῦθος) significa aproximadamente ‘discurso’, ‘palabras’ (por oposición a actos). Es decir, una cosa son los relatos —el habla o lengua y por derivación recién lenguaje— y otra cosa los hechos. Poesía e historia.

Un mito es aquella narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad. pero la historia no puede ni fundarse ni justificarse en lo maravilloso, pues lo suyo es el estudio de los eventos del pasado, especialmente los referidos a las cuestiones de la humanidad y que deben ser documentados o referidos a través de cierta clase de pruebas tangibles. En cambio la maravilla es la sorpresa mezclada en admiración causada por lo bello, lo inesperado, lo inexplicable y de ninguna manera está restringida a las pruebas de ninguna clase. Basta, para que exista, conque alguien la cuente. Por eso, de esta maravilla que todos los seres humanos han experimentado, hay que hablar; hay que poder decirla de alguna forma. Y la poesía, mejor que ninguna más, realiza el ritual del acto de hablar,

(Iommi 1984)

La poesía occidental se atiene a esa palabra que llamamos poética. ¿Qué indica primordialmente el mito? El cántico de las Musas. ¿Y éste? El “Kallos” que se puede traducir por belleza. ¿Y la belleza? Esta se funda en la armonía, es su resplandor.

Pero ahora ya no es la armonía sino el desconocido.

(Paz 1986) pág 11:

Cualquiera que sea el origen del habla, los especialistas parecen coincidir en la «naturaleza primariamente mítica de todas las palabras y formas del lenguaje…».

«parece indudable que desde el principio el lenguaje y el mito permanecen en una inseparable correlación… Ambos son expresiones de una tendencia fundamental a la formación de símbolos: el principio radicalmente metafórico que está en la entraña de toda función de simbolización». Lenguaje y mito son vastas metáforas de la realidad. La esencia del lenguaje es simbólica porque consiste en representar un elemento de la realidad por otro, según ocurre con las metáforas. La ciencia verifica una creencia común a todos los poetas de todos los tiempos: el lenguaje es poesía en estado natural. Cada palabra o grupo de palabras es una metáfora. Y asimismo es un instrumento mágico, esto es, algo susceptible de cambiarse en otra cosa y de trasmutar aquello que toca: la palabra pan, tocada por la palabra sol, se vuelve efectivamente un astro; y el sol, a su vez, se vuelve un alimento luminoso. La palabra es un símbolo que emite símbolos. El hombre es hombre gracias al lenguaje, gracias a la metáfora original que lo hizo ser otro y lo separó del mundo natural. El hombre es un ser que se ha creado a sí mismo al crear un lenguaje. Por la palabra, el hombre es la constante producción de imágenes y de formas verbales rítmicas es una prueba del carácter simbolizante del habla, de su naturaleza poética.

Voy a poner un ejemplo de cómo trabaja la poesía hacia el mito. A todos nos enseñaron en el colegio que Cristóbal Colón había descubierto América el 12 de octubre de 1492. Y nos dijeron que eso era un hecho. Agregaron que era un hecho histórico, que todos conocimos como el “descubrimiento de América”. Así nos enseñaron que se construye nuestra realidad de americanos. Vivimos desde entonces en un descubrimiento cuyos detalles nos los ha entregado con perfecta claridad la historia.

Sin embargo, el primer poema de Amereida va a proponer otra cosa.

No se trata de un descubrimiento sino de un hallazgo. Para saber quienes somos ya no es tan importante el hecho histórico que determina nuestro origen —además ya vimos lo difícil que puede llegar a ser definir un hecho desde que la cuántica nos enseñó ciertas construcciones de la realidad— sino que es la palabra de la poesía la que nos indica que vivimos en un regalo.

Hemos girado desde la historia hacia el mito, desde la ciencia hacia la poesía.

Hay una clave en la última estrofa “donde con gracia comenzar otro pasado”. Es decir, el mito, la poesía, permite cambiar la historia.

Bibliografía

autores, v. (1967). Amereida. Santiago, Editorial Cooperativa Lambda.

e[ad] (1972 ). Exposición 20 Años Escuela de Arquitectura UCV. Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago, Chile., Universidad Católica de Valparaíso UCV.

Galilei, G. (1632). Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo. Florencia.

Heisenberg, W. (1959). Física y Filosofía. Buenos Aires, Editorial La Isla.

Iommi, G. (1984). Hay que Ser Absolutamente Moderno. Cuatro Talleres de América en 1979. Hay que ser absolutamente moderno. Viña del Mar, Taller de Investigaciones Gráficas, Escuela de Arquitectura y Diseño, PUCV.

Lehrer, J. (2010). «The Future of Science…Is Art?» SEEDMAGAZINE.COM (TO ANSWER OUR MOST FUNDAMENTAL QUESTIONS, SCIENCE NEEDS TO FIND A PLACE FOR THE ARTS).

Lindley, D. (2008). Incertidumbre. Barcelona, Editorial Ariel SA.

María, G. J. (2007). «Hacia un principio de complementariedad en lingüística.» Revista de Filosofía 56: 7-46.

Paz, O. (1986). El Arco y la Lira. Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica.

Poe, E. A. (1850). «The Poetic Principle.» The Works of the Late Edgar Allan Poe, from http://www.eapoe.org/works/info/petpp.htm.

Weisskopf, V. F. (1991). La revolución cuántica, Akal.

 

 

 

References

References
1 Bohr, Niels Hendrik David (1885–1962), Danish physicist and pioneer in quantum physics. His theory of the structure of the atom incorporated quantum theory for the first time and is the basis for present-day quantum-mechanical models. Bohr helped to develop the atom bomb in Britain and then in the U.S. Nobel Prize for Physics (1922).
2 a series of events that are regularly repeated in the same order
3 a quien por cierto no le gustaba que se hablara de incertidumbre, sino de indeterminación, porque el primer concepto pareciera implicar imprecisiones o inseguridad, en cambio la indeterminación se refiere exclusivamente al cálculo de la posición o a la velocidad de una partícula; cálculo que podía realizarse matemáticamente con toda precisión.

Heisenberg, W. (1959). Física y Filosofía. Buenos Aires, Editorial La Isla.

4 El físico puede sentirse satisfecho cuando tiene el esquema matemático y sabe cómo usarlo para la interpretación de los experimentos. Pero también tiene que comunicar sus resultados a los que no son físicos, quienes no se sentirán satisfechos a menos que les sea dada alguna explicación en un lenguaje claro, comprensible para todo el mundo. Hasta para el mismo físico la descripción en un lenguaje claro será, un criterio del grado de comprensión que se ha obtenido. ¿En qué medida es posible una descripción semejante? ¿Es posible hablar del átomo mismo? Éste es un problema de lenguaje tanto como de física y, por consiguiente, se necesitan algunas observaciones referentes al lenguaje en general y al lenguaje científico en particular.

Ibid. pág 141

5 Por consiguiente, las cuestiones que se discutían sobre lo «real» o lo «aparente» de la contracción de Lorentz, o sobre la definición de la palabra «simultáneo», etcétera, no se referían tanto a los hechos como al lenguaje.

Ibid. pág. 147

6 Bohr formuló en la interpretación de Copenhague lo que se conoce como el principio de complementariedad (dice que no hay una separación rígida entre objetos e instrumentos de medición) que establece que ambas descripciones, la ondulatoria y la corpuscular, son necesarias para comprender el mundo cuántico. Bohr también señaló en esa conferencia que mientras en la física clásica un sistema de partículas en dirección funciona como un aparato de relojería, independientemente de que sean observadas o no, en física cuántica el observador interactúa con el sistema en tal medida que el sistema no puede considerarse con una existencia independiente.
7 Movimiento que en Poe se alimenta, a la manera de Heráclito, en la afirmación de los opuestos complementarios: la magia y la ciencia; el cuerpo y el espíritu; la razón y la locura; el bien y el mal; la belleza y el espanto. «Pero así como, en ética, el mal es consecuencia del bien, así, de hecho, es como de la alegría nace la pena. O el recuerdo de la gloria pasada es la angustia de hoy, o las agonías que son se originan en los éxtasis que podrían haber sido» afirma Egaeus, en Berenice.

EDGAR ALLAN POE:  Recuerdo de los cielos. ZENDA LIENDIVIT

8 El concepto «temperatura» parece describir en la termodinámica una imagen objetiva de la realidad, una propiedad objetiva de la materia. En la vida diaria esto es muy fácil de definir con el auxilio de un termómetro, lo que aceptamos diciendo que un pedazo de materia posee una cierta temperatura. Pero cuando intentamos definir lo que puede significar la temperatura de un átomo nos encontramos, hasta en la física clásica, en una posición mucho más difícil. En realidad, no podemos correlacionar este concepto «temperatura del átomo» con una propiedad bien definida del átomo sino que tenemos que relacionarlo, al menos parcialmente, con nuestro insuficiente conocimiento del mismo.

Ibid. pág. 152

9 Buscadores de lo desconocido es una expresión de G. Iommi en la wiki Casiopea

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