mayo 11, 2011

Clase 6 Trimestre I 2011

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Jaime Reyes (transcripción de la clase)

Hay una pregunta ¿Cuál es el alba perpetua de tu origen?
En una travesía hicimos esa pregunta. Proviene de una antigua carta que se llama «La Carta del Errante» [1]Disponible en: http://www.ead.pucv.cl/1976/carta-del-errante/ que dice así en un fragmento:

–el más allá de un mundo admitido– es esencial puesto que de su acto se desprende la posibilidad de crear y de hacer allí un mundo. Su abertura recuerda al hombre, sumergido en sus sufrimientos y sus alegrías concertadas, el alba perpetua de su origen.(…)

¿Cuál alba? ¿Cuál Origen? ¿cómo y dónde se produce ese recuerdo?
La poesía no tiene nada que hacer aquí por ejemplo, pero antes de llegar a eso voy a volver al poema de amereida, porque la vez anterior yo les contaba o les intentaba explicar que la única posibilidad de alcanzar, de llegar, de acercarse a la belleza era a través de lo común, de lo colectivo, no de lo individual sino que de lo en común. Y la proposición del poema es la multitud, una multitud como esta. ¿Pero cómo? Y el poema juega y eso es lo que han venido a hacer ustedes aquí hoy día, como si jugar fuese el acto principal de lo en común. Los niños por ejemplo saben perfectamente bien de lo que estoy hablando.
¿Dónde? el poema dice en la piedad, pero también en las plazas, en las calles , en el país y después dice que hay que irse apenas, ni forma ni informe. Es decir en todo lugar y no importa si es ahora, antes o después. Y ni forma ni informe significa que todos pueden jugar porque todas las formas valen, cuando nada es vulgar, extraordinario o referido. Se trata entonces de abolir los opuestos, se trata de que el destino despierte mansamente, vivir día tras día en el más puro presente. Y después el poema dice:

el pan cotidiano – máscara muda –
transluce
la impropiedad común de la muerte

Lo más común a todos los seres humanos, a todos los que estamos aquí es la muerte, porque indefectiblemente todos sin excepción alguna nos vamos a morir. Pero si eso es verdad entonces también tenemos en común el nacimiento, todos indefectiblemente y sin excepción hemos nacido. Y si eso es verdad entonces también tenemos en común el presente. Todos indefectiblemente y sin excepción aquí estamos presentes. Allí y solamente allí es posible la fiesta ineludible. Y el poema termina diciendo

fiesta ineludible
don
más que guerra

Entonces qué hacemos en este taller que no tiene lecciones, que no tiene instrucciones, que no tiene pruebas, que no tiene materia y que casi no tiene créditos (solo hay una lista por ahí). Lo que hacemos es intentar llevar adelante la proposición del poema, en cuanto que al final de lo que yo acabo de decir, le dice al ministro de defensa «Excelentísimo señor Ministro de Defensa juguemos en figuras», don más que guerra.
Entonces lo que hacemos es constituir el cuerpo común de la Escuela; algo que intentamos hacer en cada acto, como hace el diseño antes que nosotros.
En cada celebración lo que celebramos es la posibilidad de ser en el otro con nosotros.
¿Por qué hacer eso? Porque así y sólo así podemos hacer un mundo donde exista don más que guerra. La exaltación del ego individual, la promoción del éxito personal y el amor al dinero de nuestras sociedades industriales son lo que provoca la guerra. El trabajo, la vida y el estudio en común abren las puertas del don, por lo tanto del regalo, por lo tanto de América y del presente. no hay duda por lo menos para mí es preferible vivir regalados que morir en la guerra.
––

Carlos Covarrubias

¿Repararon que también el miércoles pasado vinieron los helicópteros?
¿Repararon que tal como el diseño les ad una sombra, que el diseño también le da sombra a los animales?
¿Repararon que en la sombra de abajo había tres perros?
¿Repararon que un perro le saca las pulgas al otro en un acto de amor más que humano y bellísimo?
Siempre está lo otro, lo otro es lo que hace posible el buen yo. Pensaba en la mañana cuando les leía a Walt Whitman, poeta norteamericano, pensaba en la otra América, pensaba en la otra lengua, pensaba que nuestro actual decano en un momento le propuso a los ayudantes de la escuela de arquitectura que aprendieran griego. Lo otro, lo distinto a uno mismo. Por ejemplo ese Primer Poema de Amereida en el cual se ha comenzado tantas veces el taller de Amereida, imagínenlo en la lengua de los hermanos del norte. Dense cuenta que distinto es lo otro de lo uno.

¿no fue el hallazgo ajeno
a los descubrimientos
–
oh marinos
sus pájaras salvajes
el mar incierto
las gentes desnudas entre sus dioses ! –
porque el don para mostrarse
equivoca la esperanza?

Don y no guerra decía Jaime. Porque el don para mostrarse equivoca la esperanza. Lo otro del hombre, la mujer. Lo otro de la mujer, el hombre. Lo otro del cuerpo, el alma. Lo otro del alma, el cuerpo. lo otro de lo que uno puede ver y ceñir como la casa o el lugar, la extensión que uno puede ceñir, ni puede oír ni puede ver. Pero ahí está. Aquello que lo concierne, lo recibe, lo acoge. De alguna manera este taller quiere colocarse entre la extensión de la ciudad abierta y lo recogido de un lugar donde pueda hacerse el taller. Es un a suerte de campaña, una campaña de Escuela. la escuela va durante al año con sus profesores, alumnos, ayudantes por la arena, va y trata con la palabra también de dar cuenta de lo otro. Se corren todos los riesgos que también es parte de lo otro. El riesgo, lo otro de lo seguro. la vida lo otro e la muerte. El origen lo otro del destino. El taller quiere situarse aquí, en esta suerte de vaivén tan humano, absolutamente humano, tan de la condición humana, una condición que por un lado tiene sed y hambre de desconocido y por otro lado quiere ser acogida en lomas tierno y en lo mas conocido posible, lo mas hogareño. Y por otro lado ese temblor ineludible que trae aquello que no conocemos, aquello que no podemos acoger y palpable.
En ese riesgo ha querido situarse el taller de Amereida y en ese sentido les propongo que sea un riesgo compartido, que seamos capaces de tener nuestro cuerpo con toda la atención que corresponda y mantener ese cuerpo desconocido que es el cuerpo de la escuela. El cuerpo de la escuela en todo su entorno, ser capaces de llevarlos como una figura nueva a través de la extensión. Miércoles a miércoles a través de la extensión de la Ciudad Abierta que no es otra cosa que estar abierta a si misma, a esa extensión.
Y una vez al año a través de las travesías a la extensión americana que se extiende hasta el alto polo norte.
Les voy a contar una pequeña anécdota. Yo jovencito como ustedes viajando por Europa llego a Londres a la Escuela de Artes de Londres. Por razones que desconozco logro encontrarme con el director y él me mira y sabe que vengo de acá y con ese castellano propio de los ingleses me dice:
¿no fue el hallazgo ajeno
a los descubrimientos
– oh marinos (…) Y recita de memoria el primer poema de Amereida. Ahí me di cuenta que esta poética tiene que perdurar lo que tenga que perdurar.
––

Manuel Sanfuentes

Está esa memoria que dice Carlos, esa memoria como de nosotros, de la escuela y está esa libertad de la memoria que Alberto nos señalaba la semana pasada. Libertad de la memoria ¿Qué significa eso? Creo que ahí está el riesgo al que estamos llamados, incluso el olvido. Pensar que la memoria tiene una libertad también es pensar libremente, abiertamente.
Sobe los dibujos, capital. La palabra sola no existe, requiere de un dibujo, requiere de una figura que la llame o la figura llama a la palabra o la palabra llama a la figura. Dos notas sobre el dibujo:
La mirada sujeta en el dibujo, es como el gesto en que están casi todos en este momento. Uno los ve y no te mirada a los ojos sino que miran al apunte, al dibujo que están haciendo. ¿Qué pasa? Se dibuja el ojo como una línea, no un ojo, no es un circulo, no esta el ojo, está la línea del ojo y en la cabeza se orienta por se horizonte distinto de los hombros.
¿Qué significa eso? Que lo que se está dibujando no es lo que se ve, no es lo que se ve en el dibujo. Cada vez que ustedes hacen un dibujo en realidad lo que se esta dibujando es el acto en que se está, ante el acto en que se está. No es el retrato de alguien, sino es como ese alguien se dispone en ese momento y el acto en que el está.
¿Por qué lo señalo? Porque a las palabras, a la poesía le pasa exactamente lo mismo. La única cosa que uno podría decir como propio de la poesía es que le pasa consigo misma, no con el dibujo, sino que con su propia palabra. A ustedes le pasa eso entre el dibujo, la figura y la palabra. probablemente es mas complejo, ustedes lo dirán.
A propósito de lo que decíamos en la mañana. ¿Cuándo la poesía de verdad trae el acto de lo que está llamando y no trae una figura o no trae esa situación patente? La noche triste, el suelo raso o el amigo fiel, el modo de hablar y de adjetivar que se tiene al cotidiano al decir normalmente se podría decir. Huidobro decía que el adjetivo cuando no da vida mata. Pone en riesgo también el modo de conjugación de las palabras. Yo le yo les decía en la mañana es que hay un momento podríamos decir que se retira para que aparezca ese riesgo del habla, ese riesgo del decir, del como se llaman las cosas. se habla aveces de la poesía hermética, pero en realidad se refiere a esa capacidad. Hermes era el mensajero de los dioses y probablemente trasladar esa palabra de los dioses a nosotros requiere un camino, si se entiende o no se entiende eso sería un problema de como ese acto se traslada a nosotros. No es para entender es para quedar en cuestión con las palabras. Pensaba cuando decía Jaime «es preferible vivir regalados que morir en la guerra» Sin embargo creo que hay un tiempo y ahí está el conflicto de la poesía y el conflicto de cada uno.
¿Cuál es el tiempo que se habita? ¿Cuál es el momento ahora que se habita? Es como hablar con un helicóptero encima de uno. No es menor Mayakovsky, ese poeta que leíamos la semana pasada. Un libro que se llama «La sociedad que desperdició a sus poetas» de un autor que se llama Walter Benjamín y empieza pasando por cada uno de los poetas de la Revolución Rusa. poetas que estaban siempre en medio de las concentraciones, barricadas, cantando al pueblo y a la revolución. después de la Revolución Francesa la Revolución Rusa, el mundo quedó atravesado hasta probablemente hasta hace algunos años. Son poetas que vivieron y murieron en la guerra, suicidaos, prisioneros, etc. ¿Qué digo? Estamos en esos dos extremos viviendo el don y muriendo en la guerra. No puede ser una. habitamos esos dos espacios porque habitamos el presente y el tiempo en el que estamos. la poesía puede retirarse, pero cuando se retira su ausencia también habla de ese momento y si no se retira va a delante y corre el riesgo que dice Carlos. Por eso hay poesía y nosotros probablemente trabajamos con ese estado de la palabra en que no llama a las cosas por su nombre sino por el acto que traen. Eso obviamente exige un espíritu de abertura para no querer comprender eso, sino quedarse con ese sentido de la palabra abierta. Godo decía «se quedan con lo que resuena» Probablemente hay muchos poemas que ustedes han escuchado y los hemos escuchado por primera vez y nunca más se va repetir ese poema. Se fué. Pero esa es la flor que tiene la poesía también. Otros si quiere lo escribe, lo transcribe hace el libro y cuenta su historia o su drama poético. Estamos en esa doble situación, múltiple. Alberto decía la semana pasada: Amereida múltiple, el mundo, lo otro uno.
Por ejemplo esas marcas que yo sacaba de la Guerra Santa, poema de Godo, decía:

El mar rozando apenas la orillas

Es casi nítido por un lado y casi inatrapable. Hay un sentido y significación al mismo tiempo en la poesía. Se puede tender más hacia uno, se puede tender mas hacia otro pero están siempre juntas. es como esa corteza el significado, lo que dice inicialmente es casi como la primera piel. saca eso ¿y con qué te quedas? Queda no la palabra, sino como resuena eso y como a cada uno le llama a algo. Digo por eso dibujo, porque la poesía llama a algo no para decir algo. No para acompañar algo sino para hablar porque algo acontece en ese momento. Ella sola es otra cosa, no es lo que hacemos nosotros. Ella sola actúa de otra manera, como ustedes trabajan solos, pero cuando trabajamos juntos es ese el momento de la comunión que dice Jaime. Sentido y significado, pero no para quedarse en las palabras, no para retenerlas tampoco, sino para dejarlas pasar, que vayan adelante de uno incluso.
Una última nota que puede como tratar de comprender lo que trato de decir. En un texto de Claudio Girola que se llama La Dispersa sobre una escultura que se hizo en una travesía en Trehuaco. Después de la travesía Claudio estaba trabajando y creo que estaba con Miguel, con Alberto, con Godo y algo le pasaba a él en un sentido creativo y decía incluso con respecto a la forma de su propia obra. Decía que no encontraba una idea escultórica nueva y que estaba ahí ¿Qué se puede hacer? Sin duda esa obra de Trehuaco le abrió un campo nuevo en la escultura a Claudio y para nosotros también. Esa escultura que es capaz de abrazar el espacio. Se extendió por el suelo, ya no era un punto, por eso el habla de la dispersa. pero en realidad la problemática que él tenía –él decía– ¿Cómo conjugo esa dimensión o distinción de cada cual en algo que nos reúna verdaderamente? Y ahí dice en un momento, Ya no arquitecto ni diseñadores ni escultores ni poetas, da lo mismo. Él decía, son los orfebres en que en ellos toda esa cuestión creativa de traer las cosas se volvía una cosa al unísono, todos quedaban al unísono en una misma problemática. Más allá de las prioridades o propiedades de cada uno. ¿Cómo encuentro y cómo encontramos ese campo de trabajo en que de verdad estamos en una situación al unísono? No para diferenciarse, sino para que de verdad encontrar ese campo donde trabajamos en común.

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