mayo 8, 2011

Antes tamaño y claroscuro hoy claridad y continente

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En la ciudad, el interior de una casa concebido y amoblado a comienzos del siglo pasado.

Este espacio tiene una concepción distinta a la que rige en los espacios construidos hoy, esto reside en el modo de concebir las aberturas. Situación que ha de ser congruente con las posibilidades técnicas, por ejemplo la de los vidrios.

Pero no es sólo la coordenada técnica, en este lugar podemos apreciar una distinta categoría entre el interior y el exterior. Lo que hay afuera es una existencia que no forma parte del interior aunque esté vinculado.

Se trata de un interior doméstico, es una casa como muchas otras, no es un palacio. Este es un interior constituido en sí mismo en el que podemos constatar a lo menos dos dimensiones ausentes hoy: un tamaño holgado en su altura cuyo término no alcanzamos con un brazo levantado. La segunda dimensión ausente es el modo de construir la luz templada, a la que se le da la forma de una penumbra, es un interior del claroscuro.

Este interior nos permite ver el presente que se construye con los ofrecimientos de la técnica, hoy con los cristales de grandes dimensiones. Ellos han cambiado la espacialidad  habitable. El cine y los muros de vidrio han cambiado la concepción de aquello que pertenece a un interior, de aquello que forma parte de él. Hoy vivimos el espacio de la claridad.

El claroscuro para el acto del salón nos indica que no debemos rendirnos a una claridad sin medida o encandilamiento.  El el ser  en sí mismo del interior pide de una medida calculada donde el exterior es un territorio que le concierne al acto de habitar, es su continente.

 

 

English version by Mary Ann Steane.

In the past size and chiaroscuro, today clarity and continent

In the city, the interior of a house conceived and furnished at the start of the last century.

This space betrays a different conception to that which holds for spaces constructed today, that depends on the way in which the openings are conceived, a situation determined by technical possibilities, for example those of glazing.

But it is not only a matter of co-ordinating technical issues, in this place we can appreciate a distinct category between interior and exterior. What is out there is an existence that does not form part of the interior although it is linked.

This a domestic interior, it is a house like many others, not a palace.  This is an interior in which we can observe at least two dimensions now absent: a size whose generous height means we cannot measure it with a raised arm. The second absent dimension is the mode of constructing tempered light. Giving form to half-light, it is an interior of chiaroscuro.

A chiaroscuro for the activities of the living room indicates to us that we should not suffer from a glaring clarity without measure. Being inside itself calls for a calculated measure that recognizes that outside is a territory that concerns the act of living, that is its larger continent.