Palmera chilena en el Jardín Botánico Nacional en Viña del Mar.

En el Jardín Botánico que se ubica ni dentro de la ciudad como un oasis en ella, ni en el agro en su lejanía. Este es un jardín  ubicado en su periferia, se accede a él sin salir de la ciudad, pero no constituye un gran privilegio por limitar con una zona de baja densidad.

Aquí se encuentran en una extensión holgada especies vegetales nativas y foráneas que han logrado adaptarse al clima y al suelo.

Nos ha detenido un bello ejemplar de la Palma Chilena, que en otra época abundó de manera silvestre en esta zona y que aún se conserva en algunas quebradas que circundan la región de Valparaíso.

Con la mirada de quien se encuentra ante algo bello, la mano y el ojo se van a la copa de esta palmera que evidencia un cuidado, se le han podado las palmas ya muertas y conforman su copa solo las que están llenas de vigor y vida.

Cada rama de la palma con la nitidez de su tallo avanza hacia arriba desplegando sus hojas en un orden que termina en el filo de una sola hoja. Puedo conjeturar que las ramas mas antiguas están mas arqueadas y las mas nuevas están verticales próximas al centro. Es el modo como este organismo crece y se desarrolla ganando altura.

La palmera despliega hacia el aire y el cielo toda la potencia de su copa formando una esfera construida por su interior.

Luego llegamos con la mirada al suelo, donde el tronco limita con la tierra que la sustenta. Reparamos que el tronco tiene una figura mas bien amorfa o imprecisa. El tronco tiene una figura que se aproxima al cilindro con un dibujo de unos anillos tambien irregulares. El encuentro con la tierra es mas amorfo aún desde el punto de vista del dibujo, los anillos se deforman hasta ser un manto orgánico de difícil descripción, cercana a una figura arbitraria o única. Las pequeñas hierbas que rodean esta llegada de la palmera al suelo tienen una figura mas reconocible, se inscriben en un pentágono.

Es un hecho que esta magnífica palmera con su gran masa y toneladas de peso, debe su existencia a la vinculación con el suelo, su vinculación mecánica. Sus raíces permanecen ocultas bajo la tierra.

Arriba acontece una expansión espacial y abajo una discreta llegada al suelo, necesariamente sólida pero sin una presencia que llame a la mirada, sin figura reconocible.

Estamos ante un sentido de construcción de la naturaleza, lo que está al nivel de todos, aquello que sustenta lo construido se retira sin apariencia a nivel del suelo. Los frutos y la figura en la altura la presencia y la belleza sustentada distante de las manos, solo al alcance de la mirada.

La naturaleza en este ejemplar nos muestra un orden de construcción para permanecer: lo que sustenta al organismo se retira en la sin figura, sin aparecer; la belleza y los frutos se distancian quedando accesibles solo a la mirada.

 

English version by Mary Ann Steane.

Construction in nature: a withdrawn foundation, fruits and beauty within range of view.

A Chilean Palm in the National Botanic Garden in Viña del Mar.

In the Botanic Garden that is located neither within the city, like an oasis, nor in the remote countryside. This is a garden located on the city’s periphery, accessed without leaving it, but it is not a great privilege to have an area of low density bordering the city.

Here native species, and foreign species that have become adapted to the climate and the soil, are encountered in a generous expanse.

What has gained our attention is a beautiful example of the Chilean Palm, that in another era formed abundant woods in this zone, and that is still conserved in some ravines around the region of Valparaíso.

With a glance of someone encountering something beautiful, the hand and the eye move to the top of this palm that demonstrates the care that has been taken with it: the already dead palm-leaves have been pruned and only those full of vigour and life form its crown.

Each frond of the palm, with the sharpness of its stem, moves upwards spreading its leaves in an order that terminates in the edge of one single leaf. I can conjecture that the oldest fronds are more arched and the newest are vertical near to the centre.  It is the way this organism grows  and develops, gaining height.

The palm spreads towards the air and the sky all the potential of its crown forming a sphere constructed by its interior.

Then we look at the soil, where the trunk borders on the soil that sustains it.  We notice that the trunk has a more amorphous or imprecise figure. The trunk has a figure that approximates to a cylinder  with a drawing of rings that are also irregular.  The meeting with the soil is more amorphous even from the point of view of the drawing, the rings deform to be an organic mantle of difficult description, close to an arbitrary or unique figure.  The small grasses that surround the palm where it meets the earth have a more recognizable figure, they form a pentagon.

It is a fact that this magnificent palm with its great mass and tonnage of weight, owes its existence to the link with the soil, its mechanical link. Its roots abide hidden below the ground.

Above a spatial expansion happens, and below a discrete arrival at the soil, necessarily solid but without a presence that is eye-catching, without a recognizable figure.

We are facing a sense of natural construction at everyone’s level, the thing that sustains the construction withdraws to be without appearance at the level of the soil. The fruits and the figure on high have presence and beauty sustained at a distance from the hands, that is, only within range of the eye.

Nature in this example shows us an order of abiding construction: what sustains the organism withdraws into the without-figure, without-appearance; beauty and fruits are at a distance, being accessible only to the glance.