marzo 15, 2004

Viajes del cuerpo_motor, Prof. Marcelo Araya

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2003 – 2004
Prof. Marcelo Araya realiza viajes en que el cuerpo es el propio motor.

Marcelo Araya es Diseñador Industrial, lleva 8 años de egresado y 7 años haciendo clases de Diseño en la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV, además de ello tiene a su haber otra cifra considerable; 4000 kilómetros que ha avanzado, sólo con su propia energía.

Durante los últimos 2 años ha viajado por innumerables lugares de Europa, sin embargo, lo que llama más la atención es que la forma que tiene de viajar rompe totalmente los cánones tradicionales.

Para su primer viaje, que se realizó en el año 2003, necesitó de unas buenas llantas para su bicicleta y para el segundo que acaba de concluirse en febrero pasado, fue necesario que sus pies resistieran el frío y el cansancio del camino que recorrió durante 17 días. Los Primeros 3500 Kilómetros en Bicicleta.

Los viajes de Marcelo Araya

entrevista por Mariely Mardones
1-Cuándo surge la idea de realizar este tipo de viajes?

La idea empieza a concretarse cuando se sabe que la Escuela va a apoyar a los profesores con estos viajes. Yo estuve pensando y madurando la idea durante varios años, y me di cuenta que podía tener una experiencia más carnal con los lugares, por ejemplo, cuando tuviera que cruzar de un país a otro y estos estuvieran separados por una montaña, podía hacerlo de una forma en que el motor sea el propio cuerpo. Así el cambio de una cultura a otra quedaría registrado en el propio cuerpo.

2. ¿Qué lugares visitas en el primer viaje?

El primero parte en Lisboa desde ahí avanzo por la costa Atlántica cruzando la frontera con España y llego a Santiago de Compostela en Galicia. Después sigo la ruta de Santiago hacia Pamplona, bajo a Barcelona y cruzo los Pirineos por el paso Puijcerda y desde ahí bajo a Carcassone y Montpelier en el sur de Francia. Luego cruzo el Macizo central de Francia por el Parque Nacional de la Cevennes llegando a Chartres y Paris, pasando por Alsasia y Lorena hasta llegar a Kholn, donde finaliza el viaje.

3. ¿Utilizaste algún medio de transporte en este viaje?

Mi idea fue utilizar la bicicleta, porque me permitía un mayor contacto con los lugares que iba a conocer, pero como no había hecho nunca un viaje de estas dimensiones tuve que empezar a medirme para ver cuantos kilómetros diarios podía avanzar. Así adopté la idea de avanzar todos los días cierta cantidad de kilómetros, a menos que me tocara una ciudad, porque estaba unos días visitándola, eso sí, igual no dejaba de usar la bicicleta.

4. Cómo te preparaste para este viaje?

Me preparé durante un tiempo equivalente a la duración del viaje. Empecé a viajar desde Ritoque hacia la Escuela de Arquitectura, en bicicleta. Eso lo hacía como tres veces a la semana, y andaba cada día 40 kilómetros. Además, me preparé con vitaminas C y B para no resfriarme.

5. Dónde te quedabas cuando necesitabas dormir?

En los albergues de peregrinación, o bien en conventos o casas de personas que nos invitaban en el camino. La ruta tiene unas paradas llamadas Mansios que datan de los tiempos de los romanos, y que se ubican en el camino con una distancia de 20 kilómetros. Lo que hacía yo al principio era pasar 2 albergues de largo y avanzar 60 kilómetros diarios, al final producto del ejercicio y el acostumbramiento del cuerpo llegué a desplazarme 120 kilómetros en un día.

500 kilómetros a Pie

6. Cómo surge la idea después de realizar un viaje caminando?

La bicicleta esta más cercana a la velocidad del automóvil, de hecho en una bajada puedes alcanzar 60 kilómetros por hora o más. Caminando en cambio estas obligado a mantener una velocidad constante, o sea, puedes ver del mismo modo en las subidas y en las bajadas.

Por eso surge esta idea, ya que el propósito era acercarse más a una comprensión de las rutas y los desplazamientos de los pueblos europeos. No nos olvidemos que Europa es un continente, ante todo nómade. Cuando me juntaba con los peregrinos en los albergues ellos me decían que iba muy rápido, que caminando se observaba mucho más, y como tuve la posibilidad de volver a España tomé la decisión de caminar la antigua Ruta Mozarabe de la Plata, que cruza la Península Ibérica de sur a norte, coincidiendo en muchos tramos con las cañadas reales o las huellas de trashumancia del ganado, perteneciente al honrado concejo de la mesta.

7. En qué aspectos notaste la diferencia al ir caminando?

Pude darme cuenta de detalles, de cómo están puestas las piedras en el camino y también del sonido del cencerro de las ovejas, y es que la ruta de la plata no tiene nada que ver con el camino de los autos, es como una huella que va pasando por bosques, campos, y que sigue un curso natural.

8. ¿Qué zapatos ocupaste?

Unos bototos de montaña que tienen la suela gruesa y semi rígida y que también tienen mucho más rígido todo lo que envuelve el talón. Sólo ocupé un par, porque tuve que restringir bastante el peso. Uno puede llevar solo el 10% de su peso. O sea yo tuve que llevar 8 kilos.

Unos bototos de montaña que tienen la suela gruesa y semi rígida y que también tienen mucho más rígido todo lo que envuelve el talón. Sólo ocupé un par, porque tuve que restringir bastante el peso. Uno puede llevar solo el 10% de su peso. O sea yo tuve que llevar 8 kilos.

9. ¿Qué llevabas?

Una carpa, pero me di cuenta que no era necesario porque habían estos albergues, entonces la mandé de vuelta a Madrid y ahí bajó mucho el peso. Además saco de dormir de pluma porque hace mucho frío, una cocinilla liviana, una olla, una muda de ropa, un pantalón normal y uno de nieve, un polar y un corta viento, además dos camisetas, 4 pares de calcetines todos de lana, un gorro y unas zapatillas de descanso para usarlas cuando llegaba algún albergue. Además, frutas secas, chocolates y mucho líquido.

10. ¿Cuál era tu rutina diaria?

Me despertaba a las 8 y preparaba todo para salir tipo nueve. Caminaba 4 horas en la mañana, es decir 20 kilómetros. Luego de ello me iba a un albergue a comer o si no al restaurante de al lado. Más tarde caminaba tres horas, porque a las seis empezaba a oscurecer y tenía que volver a un albergue.

11. ¿Siempre has tenido esta relación con la naturaleza?

Desde chico siempre me ha llamado la atención el contacto y lo he desarrollado más con las travesías, ya que cada una de ellas es una invención del modo de recorrer América que no sea del modo turístico y tradicional, de hecho no son viajes turísticos.

En el sitio Web de Marcelo nos encontramos con la Bitácora de estos viajes, registro que dibuja este recorrido.

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