Las Primeras Directrices
Subiendo al Paso Jama dejamos atrás San Pedro de Atacama, esperábamos el atardecer, estábamos en el tercer día, nos dirigíamos ya hacia Argentina; no había una idea de las formas con las que debíamos tratar durante la travesía, los actos nos habían dado sólo palabras, luces que apuntaban a un sentido en general que daba el ámbito, era necesario entonces recurrir a algo que nos diese pistas o dibujase una figura.
Nos detenemos antes del atardecer en plena subida, encontramos una explanada hacia el horizonte, el sol se disponía a esconderce, la luz era sumamente contrastada; en un minuto cada cuar recogió una piedra no pequeña, nos juntamos en un círculo ajustado, comencé entonces a leer dando vueltas al interior del círculo, mientras tanto José Ballcels iba al frente de cada cual y solicitaba, no ya una palabra, sino la piedra que traían, luego volvía al centro y ubicaba la piedra donde sólo él sabía; así con todos y cada una de las piedras, la figura entonces iba apareciendo ante nuestros ojos como una insignia (la misma que después usamos como portada del Album de Iruya).
Recién nos dábamos cuentas, yo había pensado inicialmente en una figura o forma; al fin del acto Herbert decía bien que lo que definíamos eran las directrices de esas formas aún prevalecientes. Teníamos entonces un signo que mientras se iba conformando resonaba en nuestros oído las palabras del Iruya:
La usca parusa
culur de parlana
castilla o mundo
aragüi
mamalaisi
wakawaska
cantar pastoril
una llama quisiera
que de oro tuviera
el pelo brillante ◊ cual sol ◊
Molle molle
saúco saúco
ruma y cama
amanece la tierra
y se cubre de luces
tórtola tórtola
caimana
cuya cox
m tata
agreste paloma
golondrina aligera
Tu eres el árbol y el fruto
una otra oración horadada
yuca mina
tercero
segundo
y primero el espíritu
cristiano sin mi
diosa sin mi
cató
quien chista
alochas
Ojos de piedra
el astrólogo
montañas y el jefe
las cortes guerreras
de pie más ligero
adentro el palacio
interna
ollantay ollantay
mi estrella amada
oscurece el sol
payas payadas
un brillo sin rival
y sin rodeos
Saber nadie puede
lo que el lego guarda
en su propio seno
flor de habas
la virgen
llayacha
llayacha
semejante e la lluvia
pluma en el aire
quedó muy contenta
Mi cuc
usu
tuc
uyús
utusí
arawi
o dicho poema
figura la ñusca